Jean Claude Trichet compareció ayer jueves ante la prensa para comunicar algo que todos los analistas económicos y financieros ya intuían, como es el hecho de que el BCE subirá los tipos de interés en julio. Evidentemente, no lo afirmó, porque el organismo nunca anticipa decisiones del mes siguiente, pero de sus palabras se concluye este incremento.
De esta forma, en su reunión del próximo mes de julio el Banco Central Europeo incrementará el tipo de interés de la zona Euro, pasando del 1,25% actual al 1,50% (no se esperan incrementos por encima del cuarto de punto porcentual), lo cuál repercutirá de manera directa sobre la economía a través de su influencia en el Euríbor.
Y es que el Euríbor comenzará a subir de manera desaforada durante este mes de junio para anticipar esta expectativa de incremento del tipo de interés para la zona Euro, por lo que la estabilidad que habíamos estado disfrutando durante estas semanas de atrás desaparecerá y habrá que esperar valores del Euríbor cercanos al 2,3%, sino superiores.
Esto tiene un efecto directo sobre las hipotecas que revisen en función del valor del Euríbor de junio, ya que lo harán al alza, pero también sobre el conjunto de la economía europea, ya que un tipo de interés más elevado provoca menos créditos en circulación y, por tanto, menos proyectos de inversión o empresariales completados.
Si ya nos estamos moviendo en un entorno de falta de crédito, este incremento del tipo de interés en julio no hace sino ahondar en la herida y paralizar los pequeños signos de crecimiento económico que se habían empezado a atisbar en el horizonte, los famosos brotes verdes.
Porque un tipo de interés más elevado afecta a la economía real, ralentizando su crecimiento a través del apalancamiento del crédito, el cuál es fundamental para el desarrollo empresarial. En este sentido, el BCE ha recibido muchas críticas por su exceso celo en el manejo de una variable financiera, como es el tipo de interés, en lugar de pensar más en la economía real, en los ciudadanos de a pie, y, sobre todo, en el desempleo, el caballo de batalla de las economías europeas.
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