Con la dimisión del Primer Ministro portugués, José Sócrates, se abren un gran número de incógnitas sobre el país vecino, inmerso desde hace años en una tremebunda crisis económica, que ahora tendrá que convivir con una crisis política de altura, la cuál ha puesto en primera línea de actualidad el rescate a Portugal por parte de sus socios comunitarios de la zona Euro.
Lo evidente es que la deuda de Portugal es insostenible, y ya ni el sector financiero privado ni el sector público pueden hacer frente a sus deudas con los mercados internacionales, lo cuál está colapsando al país, provocando el bloqueo absoluto de la actividad económica, lo cuál hace adivinar un rescate a Portugal inminente.
Un rescate a Portugal que se podría haber evitado si se hubiera aprobado el plan de austeridad que planteó Sócrates al Parlamento (cuyo rechazo fue el motivo de la dimisión del Primer Ministro), ya que hacía hincapié en las dos principales cuestiones que están lastrando al conjunto de la economía, la edad de jubilación y la reducción de los sueldos de los funcionarios lusos.
Sin embargo, la oposición, en una posición claramente partidista y poco patriótica, decidió votar en contra, generando el tsunami político que estamos viviendo en estos momentos. Porque ahora se abren tantas incógnitas que es difícil intuir si se producirá un rescate a Portugal, o no, y si se producirá de manera inminente, o no.
Algunos analistas están coincidiendo en afirmar que este rescate no tendrá lugar antes de junio, para que los mercados, y los propios socios comunitarios puedan adaptarse a la nueva situación. Junio es, precisamente, la fecha que se baraja para las nuevas elecciones legislativas lusas, y parece que el rescate a Portugal tendrá que esperar hasta que se decida el nuevo Primer Ministro.
Incógnitas, en cualquier caso, que flaco favor hacen a la economía portuguesa.
Deja una respuesta