Siguiendo los pasos de Grecia primero, y Portugal después, ahora parece que Irlanda caerá en el pozo sin fondo del bono basura, si nada lo remedia, que parece que nadie lo hará, y es que Moody’s, la agencia de calificación que está poniendo en jaque a la economía europea no ha dudado en situar a la deuda irlandesa a un sólo escalón del bono basura.
Una decisión que ha sido criticada abiertamente por todos los estamentos europeos que consideran esta decisión como equivocada y muy precipitada ya que el gobierno irlandés está cumpliendo con los compromisos de reestructuración de la economía del país británico y no ha caído en nuevos errores económicos.
Sin embargo, Moody’s sigue considerando que Irlanda se encuentra en una situación de dificultad ante los tsunamis que se están produciendo como consecuencia del rescate a Portugal y a Grecia, y no tiene todavía la fortaleza necesaria como para afrontar el futuro con solvencia financiera y económica.
Ello ha provocado que algunos economistas y muchos analistas empiecen a dudar de la capacidad de España para hacer frente a sus pagos, y han empezado a colocar a la economía nacional en el punto de mira para un próximo rescate por parte de los países miembros de la zona Euro.
Por otro lado, toda esta crisis de deuda soberana y de países a merced de los especuladores internacionales está provocando que cada vez más voces se alcen solicitando una mayor integración política para poder luchar contra la asimetría que supuso la constitución de una moneda única europea sin que existiera una política fiscal y económica común.
En este sentido se ha mostrado el propio Jean Claude Trichet, Presidente del Banco Central Europeo, que ha solicitado la figura de un Ministro de Finanzas para poder ejecutar una política económica y fiscal común que permita al Eurogrupo defenderse de estos ataques exógenos.
De cualquier forma, nos encontramos en una situación de dificultad extrema de la que no saldremos en un período largo de tiempo, y más si atendemos a la sempiterna lentitud de los organismos europeos para tomar decisiones ejecutivas de calado.
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