La crisis de Japón nos está dejando gran cantidad de imágenes devastadoras, de esas que tardaremos mucho en olvidar, y una sensación de vértigo nuclear que abrirá muchos debates sobre el tema, pero también nos está dejando una consecuencia económica muy importante, más allá de tremebunda crisis nipona, como es la apreciación del Yen.
La moneda japonesa está sufriendo en estas últimas semanas una apreciación descomunal, que está haciendo saltar todas las alarmas y produciendo un efecto llamada en todos los especuladores del mundo, que quieren aprovechar esta coyuntura favorable para sus intereses y comprar ahora, para beneficiarse de la apreciación del Yen en el corto plazo.
Porque esta apreciación del Yen es, en toda medida lógica, y previsible, ya que tras una catástrofe natural, como la que hemos vivido, los ciudadanos que viven fuera del país repatrian sus capitales para intentar ayudar, en primer lugar, a sus familiares, pero también al resto del país, con lo que se incrementa la demanda de yenes.
Ello provoca una apreciación natural de la divisa nipona, porque los ciudadanos que viven fuera de Japón tienen su dinero en otra moneda, y se ven obligados a comprar yenes, lo cuál dispara su precio. El problema, sin embargo, de la apreciación del Yen está en la especulación.
Una especulación basada en comprar ahora, bajo la certeza de que seguirá subiendo, para vender en cuanto existan ciertas sospechas de que puede empezar a bajar. De ello alertan las autoridades financieras internacionales, que han realizado un llamamiento a los gobiernos para tratar de regular esta situación.
Los analistas consultados consideran que esta apreciación del Yen será cosa de un par de meses, a lo sumo tres, porque llegará un momento en el que las autoridades niponas tendrán que actuar para mantener competitiva su economía, y poder seguir exportando, con lo que el Yen se depreciará.
Por tanto, nos encontramos en un escenario de un Yen cada vez más fuerte, pero de una manera coyuntural y circunstancial, que no tardará en decaer en favor de las medidas económicas que el Banco Central de Japón comenzará a imponer a sus ciudadanos.
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