La deuda soberana española, otrora motivo de debate político y de incertidumbre económica, ha cerrado el mes de marzo con una salud de hierro, demostrando a los escépticos que los mercados internacionales la consideran como un activo de inversión seguro y con buena rentabilidad.
En la última subasta, celebrada el último día del mes de marzo, la rentabilidad de la deuda soberana española a diez años cayó hasta el 5,25%, uno de los mejores valores de los países de nuestro entorno, lo cuál hace que España pueda mirar al futuro con esperanzas fundadas.
Países como Grecia, Irlanda y Portugal, los más perjudicados por el estallido de la crisis y los más atacados por los mercados internacionales en el tema de su deuda soberana, tuvieron que pagar sus bonos por encima del 7%, lo que deja bien a las claras la situación en la que se encuentran.
Pero si comparamos la rentabilidad exigida al bono español, 5,25%, con un bono de deuda soberana de referencia, como es el bono alemán, España sale muy bien parada y saca buena nota, ya que el bund alemán ha tenido que pagar el 5,29% en su última emisión, también de 31 de marzo.
Nos encontramos ahora con que los temidos mercados internacionales son los que están poniendo a España en la órbita de los países con buen comportamiento económico, gracias a las medidas correctas llevadas a cabo por el Presidente Zapatero desde mayo de 2010, momento a partir del cuál el resto de países y los mercados internacionales han comenzado a respetar a España como un país seguro.
Lejos quedan ya las dudas sobre un posible rescate, o el riesgo de caer en una situación insostenible, al estilo de Irlanda, Grecia y, ahora, Portugal. Los inversores internacionales, sin ningún interés más allá del monetario y el beneficio económico, confían en España y deciden poner su dinero en nuestra deuda.
En definitiva, este hecho no viene más que a demostrar que cuando se toman las medidas adecuadas, los mercados responden de manera correcta y la economía se encauza en la dirección apropiada. El Gobierno español tardó en ver la salida, pero ahora está dispuesto a tomarla.
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