Las incertidumbres que se están dando sobre la deuda soberana de los países del Euro y las volatilidades de los acuerdos que se han alcanzado en Estados Unidos le están sentando muy mal a la economía española, que está siendo duramente castigada por los mercados, sin que parezca ver una razón aparente para ello.
Ayer la prima de riesgo de la deuda soberana española superaba por primera vez los 400 puntos básicos, la barrera psicológica para empezar a hablar de un potencial rescate por parte de la Unión Europea, según los analistas financieros internacionales.
Este valor tan elevado de la prima de riesgo de la deuda soberana española supone que el endeudamiento de nuestra economía se va a disparar a valores insostenibles, como consecuencia del mayor tipo de interés que nos veremos obligados a pagar por nuestro endeudamiento.
Y lo que es peor, las medidas de ajuste presupuestario y austeridad generalizada se quedarán en nada, ya que lo que se ahorra por un lado se tendrá que gastar por otro, haciendo que los beneficios reales, las ganancias netas de los recortes sociales que estamos sufriendo sean mínimas.
En este sentido, parece un tanto ilógico que España esté siendo castigada de manera tan dura cuando está haciendo los deberes de manera adecuada, pero los intereses de los mercados internacionales van más allá de las conveniencias o de las realidades económicas, y buscan su beneficio a costa de todo.
Por otro lado, y en contra de lo que muchos analistas vaticinaban, el adelanto electoral parece no haber tenido ninguna consecuencia positiva, al menos de momento, y en lugar de reducirse la prima de riesgo, como en un principio se había supuesto, ésta se sigue disparando día a día.
Pero no sólo España está siendo víctima de los movimientos especulativos de los mercados. También Italia ha estado a punto de superar ya los 400 puntos básicos y seguro que lo hará en las próximas semanas, aunque Italia sí se encuentra inmersa en una crisis global de consecuencias impredecibles, tanto en el corto-medio plazo, como en el futuro a más largo plazo, al menos mientras Berlusconi siga al frente del Gobierno.
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