La historia se repite y esta vez con el conocido como Pequeño Nicolás; parece que los periodistas son una raza aparte, siempre bien informados, pulcros, intachables y portadores de la verdad. Defienden a sus compañeros aunque digan barbaridades en los medios de comunicación, y si les dan caña es para echarse unas risas. Pero como lo pasa el protagonista de esas “noticias”? que pasa con sus familiares y amigos? les hunden la vida, seguramente para los próximos 3 o 4 años. La memoria es vaga y todo se olvida rápido, por suerte o por desgracia.
Señores periodistas, ustedes siempre son parciales, quizás no lo eran cuando estudiaban la carrera, pero si lo son cuando comen gracias a acudir a determinados programas de tertulianos o cuando trabajan para un medio que tiene unas ideas muy concretas de quienes son las personas a proteger y a quienes se puede hundir.
Ni son ustedes tan listos, ni están tan preparados, ni mucho menos cuentan siempre la verdad. Muchos han olvidado lo que es la ética o quizás nunca se plantearon el tenerla.
No es solo con el llamado pequeño Nicolas, ya estamos cansados de verles repetir una tesis y luego defender la contraria sin ruborizarse. Difaman, insultan, imputan delitos y degradan a las personas, pronto van a superar a la clase política. No se cuantas cosas se han dicho de este chico y de esa amiga suya de la cual repiten ese desagradable mote una y otra vez, esas son personas y como digo, tienen familia y amigos, el que ustedes tengan voz nos les da derecho a tratar así a las personas.
Y que conste que a mi este chaval no me importa nada, pero debería haber más limpieza y responsabilidad, no puede uno decir lo que le de la gana, especialmente si es mentira.
Deja una respuesta