Si bien según los cálculos de algunos expertos el gobierno español debe hacerse aún con algo más de 25 mil millones de euros de aquí a fin de año para cerrar el ejercicio saneado en lo que a necesidades de finanzas se refiere, esta pasada semana logró colocar una atractiva emisión de bonos del tesoro a 10 y 30 años llegando al objetivo trazado previamente que era de entre 3.000 y 4.000 millones. La cifra final manejada por la máxima autoridad monetaria del país es de 3.564 millones de euros (poco menos de 5 millones de dólares) que fueron subastadas con una demanda total de papeles cuya licitación alcanzó los 6.942 millones.
La parte atractiva que mencionamos en este primer párrafo se orienta hacia la parte de los inversores con las mejores tasas de interés ofrecidas esta vez en comparación con las emisiones anteriores. Estas tasas debieron obviamente elevarse para que fueran más atractivas a los inversores, en vistas de lo que está ocurriendo en el mercado financiero continental, en un escenario marcado por una crisis que ya ha tocado a países como Grecia y ahora Irlanda, este último que ha aceptado la ayuda de la comunidad según declaraciones de su banco central en las últimas horas. Las obligaciones colocadas por la tesorería del estado español se dividieron en dos plazos de 10 y 30 años y la operación se dio de la siguiente manera.
De acuerdo a los datos revelados por la tesorería en lo que se refiere a bonos a 10 años, la colocación se cerró en los 2.586 millones de euros mientras que la demanda alcanzó los 4.748 millones y la tasa marginal trepó hasta el 4.632 por ciento superando ampliamente la que se había registrado un par de meses atrás en la anterior emisión y que alcanzara en ese momento los 4.164 puntos porcentuales. Mientras tanto, la operación con bonos a 30 años superó la cifra de 1.068 millones con una cifra demandada de poco más de 2.193 millones con tasa marginal del 5.498 por ciento, también superando la del 16 de septiembre que llegó al 4.791.
Una buena lectura que se puede hacer comparando la demanda interesada frente al cierre de operaciones es que si bien estos instrumentos financieros le van a dar una buena mano a España, se podría haber llegado a más. Esto se hubiese dado si los diferenciales, que se dispararon en las últimas horas debido a la crisis en Irlanda, hubieran llegado a tasas mayores siempre pensando por supuesto que se puede hacer frente a estas obligaciones y debemos pensar que así será.
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