Trichet, Gobernador del Banco Central Europeo, ha desatado el caos en la zona euro debido a su comparecencia de ayer jueves, día 3 de marzo, en la que dejó entrever bien a las claras la posibilidad de una subida de tipos de interés en breve, concretamente, para el mes de abril.
Esta situación ha provocado que muchos gobiernos se echen a temblar, y peor aún, que el Euribor se haya disparado en el mayor crecimiento de su historia, incrementándose un 8.09% en sólo un día, quedándose en el 1.924%, en tasa diaria, y arrojando una tasa media mensual para el mes de marzo de 1.813%.
Con esta subida del Euribor, la barrera psicológica del 2%, que se intuía para final de año, parece fácilmente franqueable mucho antes, lo cuál generará un encarecimiento de las hipotecas y unas mayores dificultades de los ciudadanos para poder hacer frente a sus pagos.
Por otro lado, una subida de tipos de interés complicará la recuperación económica de la zona Euro. Lógicamente, Trichet ha planteado esta subida para proteger a la zona de la inflación ineludible que va a generar la crisis de los países del Norte de África y de Oriente próximo, pero olvida que en estos momentos los países se encuentran en proceso de recuperación.
Y es que tradicionalmente el Banco Central Europeo, y Trichet en particular, han mostrado una clara obsesión por controlar la inflación y evitar que esta se dispare dentro de la zona Euro. Sin embargo, teniendo en cuenta que la inflación que nos vendría sería artificial, podríamos centrarnos en la inflación subyacente, aquella que elimina el precio de las materias primas por su grandes fluctuaciones, y dedicarnos a crecer, en lugar de detener una inflación exógena.
Ahora habrá que ver si Trichet se atreve a subir los tipos de interés, habida cuenta del caos que ha propiciado con una mera insinuación, amén de que para el mes de abril, para cuando se prevé dicha subida, puede ser que la situación en Libia se haya calmado, y con ello haya descendido el precio del petróleo.
Por tanto, no nos queda otra que mantenernos a la expectativa, confiando en que Trichet no cumpla con sus amenazas.
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