En un momento en el que parecía que las tensiones de la deuda soberana europea habían llegado a su fin y que los especuladores comenzaban a mirar hacia otro lado, los gobiernos vivían plácidamente la llegada de la primavera. Sin embargo, de un día para otro, casi sin tiempo para poder reaccionar todo el escenario ha cambiado.
En primer lugar, ha aparecido la ultraderecha finlandesa consiguiendo unos resultados más que interesantes, para ellos, en las elecciones de su país. Los escaños que ha ganado les llevará, casi con toda seguridad, ha formar gobierno con los conservadores. Entonces, teniendo en cuenta que en su programa político estaba el NO rotundo al rescate a Portugal, los inversores internacionales se han comenzado a poner nerviosos.
Por otro lado, el gobierno griego ha admitido que no puede pagar a sus acreedores, y ha anunciado la reestructuración de su deuda, algo que se preveía para el futuro cercano, pero que no se intuía que se fuera a producir tan temprano, algo que ha hecho tambalearse a los especuladores internacionales.
Con ello, España se ha situado, de nuevo, en el punto de mira de los especuladores, que ven a nuestro país como un lugar seguro para invertir, pero eso sí, se quieren aprovechar de la inestabilidad europea para especular y conseguir una rentabilidad más atractiva.
Ello está llevando a que la deuda española esté gozando de una gran demanda, aunque con una rentabilidad demasiado alta. En la última colocación de deuda, de ayer mismo, el Tesoro español tuvo que incrementar un 40% la rentabilidad, con respecto al momento de rentabilidad más baja, lo que supone un desembolso importante para el bolsillo de todos los contribuyentes españoles.
En definitiva, ahora que dábamos las tensiones de deuda soberana por sobrepasadas regresan con más fuerza aún y parecen dispuestas a quedarse, al menos hasta que se concrete el proceso de reestructuración de la deuda griega, y que se acabe por formar el gobierno finlandés, con lo que se resolverá la duda de lo que sucederá con el rescate a Portugal, cuestión esencial para vaticinar el futuro de la zona Euro, en particular, y de la Unión Europea en general.
[…] clave para calibrar el endeudamiento global de España estará marcada por la evolución del mercado interior, en términos de consumo y demanda, porque hasta que no se recuperen estos dos aspectos […]